El Sevilla cumplió con su papel de favorito y ganó (0-1), aunque sin brillantez, al Karpaty , colista del Grupo J de la Europa League, un resultado éste que nos permite afianzarnos en seguir adelante en esta competición, pese al revés encajado en la primera jornada ante el Paris Saint Germain.
Lo más llamativo en el once inicial fue la decisión del técnico , Gregorio Manzano, de dejar en el banquillo a Luis Fabiano.
Cáceres, por su parte, regresaba a la zaga, tras su ausencia ante el Sporting en Liga. Los ucranianos, sin ningún punto en su casillero, y a los que sólo el triunfo les servía para seguir con esperanzas de clasificación, salieron sin complejos, aunque únicamente con un delantero.
Pero fue el Sevilla quien demostró pronto su jerarquía, con un cabezazo al poste de Escudé en el minuto 6. El principal recurso del Karpaty eran sus veloces subidas al ataque, consciente de que debía explotar sus condiciones físicas ante un rival que le superaba claramente en el plano técnico.
Kanouté decide el partido
Sin embargo, y como viene siendo habitual, se echaba de menos el control del juego en el centro del campo, dirigido por Zokora y Guarente. No obstante, la lógica terminó por imponerse y un córner botado por Perotti sirvió para que Kanouté, con un testarazo desde el punto de penalti, situara el 0-1 en el luminoso.
Pero el nombre propio en el cuadro sevillista era el de Konko, un auténtico estilete en la banda derecha, donde no se notaba la ausencia del lesionado Jesús Navas. En la reanudación los nervionenses demostraron una agresividad, que denotaba sus deseos de finiquitar cuanto antes el envite, por más que el Karpaty todavía no hubiera tirado a puerta.
En fin, el partido murió definitivamente a tres minutos de la conclusión, cuando Checher vio su segunda amonestación, y dejó al Karpaty en inferioridad numérica, con lo que el Sevilla se limitó a dejar pasar el escaso tiempo que restaba para embolsarse unos puntos vitales.
En definitiva 3 puntos más que nos saben a gloria