Por poco, por muy poquito no hemos hecho la hazaña del todo en Riazor.
Después de una primera mitad en la que volvimos a hacer de
Celestinas futboleras, propiciando que el Dépor recordase como se practica este deporte que parecía haber olvidado hace bastante tiempo. Hasta que llegamos las
Hermanitas de la Caridad de Nervión para ponérselo fácil, en bandeja.
Una primera mitad en la que la manija del partido la llevaron los couñeses y en la que en ningún momento inquietamos a Aranzubía.
Un Deportivo que pese a la alineación inicial de cinco defensas, supo plantarse con peligro ante Palop.
En la reanudación mejoramos muy mucho, pero no lo hicimos del todo hasta que nos vimos con inferioridad en el número de activos sobre el campo y sobre todo con el partido muy cuesta arriba debido al dos-cero que reflejaba el marcador, pero como siempre....como en los últimos partidos....
aparece el TIBURÓN DE VALLECAS.
Otro partido de diez para el vallecano. Otra vez se convierte
Álvaro Negredo en el pulmón capaz de movilizar y contagiar a todos sus compañeros. Tercer gol para enmarcar.
Con el partido de cara y con esa diferencia en número de jugadores en el terreno de juego, lo más coherente hubiera sido practicar el cerrojazo atrás y verlas venir, pasar apuros y dejar correr el tiempo. Pero la subida de moral por la remontada y el bajón anímico y moral del Dépor nos ha llevado a cometer el error de buscar más y dejar huecos atrás, lo que ha propiciado el empate a tres que, por otro lado, me parece el resultado más justo visto lo visto.
Seguramente perderemos a Palop para la cita de Madrid. Bien, quizás sea más importante tenerlo para el próximo de Liga.
Ahora, después de esta media hazaña...a conseguir la otra media en el campo de los estrellados.
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