Tremendamente
temeroso este Sevilla a perder los puntos en
La Romareda.
Un
Sevilla que mereció que le empatasen ante un
Zaragoza que en ningún momento mereció el empate.
No lo merecieron los maños por su falta de juego de ataque que demostró durante todo el encuentro y sí lo mereció
el Sevilla de Marcelino por sus constantes cinco minutos de aprieto y ochenta y cinco de encerrona, de cerrojo trasero.
Menos mal que el equipo de casa huele a todo menos a próximo club de Primera División. Un
Zaragoza en horas muy bajas, mal en defensa y peor en ataque.
Un
Sevilla al que se le nota demasiado su falta de centro del campo. De organizador nato. De alguien capaz de echarse el equipo a las espaldas y alentar a base de pases milimétricos a los puntas que en ocasiones se encuentran demasiado solos ante el mundo.
Un
Sevilla que se encierra a defender un resultado positivo al más puro estilo
Manolo Jiménez "
¿No era eso lo que decían los entendidos de este deporte?".
Lo importante de esta noche....los tres puntos para salvar la cabeza de Toral y de paso darnos algo de ánimo a los aficionados.
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