Eso dicen por ahí
(Diario de Sevilla), no sé si
lenguas de doble filo, o las de
vecindonas. Pero parece que José Antonio Reyes, aquel chaval de Utrera que dejó un buen taco en las arcas del Sevilla FC allá por 2004, quiere volver a casa, cosas de hijos pródigos...
Y quiero hacerlo ya, para Navidad, como cuando se fue 8 años atrás, también un enero con lágrimas que se convertían en sonrisas apenas pisaba tierras brítánicas.
Volvería bien curtido, bien trabajado a manos de Wenger y de varios técnicos más, y con su Casa como escenario. Pero volvería, asimismo, con el sevillismo (o parte de él) con la
escopeta montada, esperando a ver qué hace para sacudirle un buen cargamento de
postas críticas, o para, dado el caso, retornar a aquellas tarde de Ramón Sanchez Pizjuán tornado en coso Maestrante.
La operación a priori no me parece mal, es más me gusta si se deja atrás toda aquella parafernalia que surgió apenas se marchó en 2004 de, incluso, tv´s del corazón (y de las visceras), hurgando en vidas ajenas, voluntaria o involuntariamente buscado por el protagonista, que eso ni lo sé ni me importa. Me importa el futbolista si es de los míos, y me importa su fútbol, de lo demás que rinda cuentas ante quien y lo que firme
Parece, también, que está por la labor de recortar su caché, vamos que está que trina por coger el primer AVE que le devuelva a Nervión, suponemos que para quedarse de una vez. Todo será cuestión de quienes manejan los hilos que contean los caudales sevillistas.
regalo de Reyes para Navidad. ¡Ojalá el
juguetito sea de calidad y las pilas le duren alguna que otra temporada!