A base de coraje, o como diríamos por estas tierras...
"con dos cojones"....Echándole lo que hay que echarle a un partido que se te pone cuesta arriba en dos hachazos, eso sí, con ayuda extra. Se te pone cuesta arriba justo en el momento en el que mejor lo estábamos haciendo y cuando se veía venir que más pronto que tarde el marcador abriría a nuestro favor.
Primero sorprende el Mallorca con un gol en el que aun hoy, un día después, estamos los sevillistas preguntándonos
a dónde iba Palop en la salida a la desesperada sin ton ni son. A sus treinta y nueve recién cumplidos y con lo que le debemos al valenciano, creo que no es para tomárselo en cuenta, aunque de haber perdido el partido de ayer seguro hoy más de un rojiblanco de pro estaría deseando relegarlo a la suplencia vitalicia.
Difícil empatar acto seguido, pero más complicado aun que
te vuelvan a marcar en un minuto y pongan el partido de un imposible sin lógica. Como así fue. La lógica debía llevarnos a la victoria, que no al empate siquiera, sino a la victoria. Por méritos propios. Por deméritos del rival, que en ningún momento hizo méritos para llevarse los puntos de Nervión.
Dice el bueno de Caparrós que les faltó presencia en el área y rematar más.
¿Cuántas ocasiones debe crear un equipo para hacer dos goles?.
El Mallorca ...dos. El Sevilla como canta la lógica, muchas más. Y las hizo. Y los hizo, no sólo dos, sino tres. Los tres que nos hicieron falta para asegurar la plaza arriba y para llevarnos los tres puntos en la vuelta a la Liga después del atracón de roja hartible.
Este es el camino a seguir.
Esperemos no soltarlo en tierras mañas.
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