Encarrilamos bien y pronto el partido en Anoeta con el gol de Jairo y lo que es más importante, supimos amarrar de lujo a los donostierras para que no nos crearan ocasiones y salirles, ante su desesperación y la de su parroquia, a la contra con muchísimo peligro.
Lo hicimos a la perfección por momentos, hasta que la perfección nos falló arriba y sobre todo abajo, perdonando ocasiones clarísimas en ataque y dando todas las facilidades posibles para que nos empataran un partido que se les ponía a los realistas difícil y comprometido.
Después de un año sin conseguir los tres puntos a domicilio todo hacía preveer que esta sería la ocasión de oro para hacerlo, siempre a partir del cero uno porque antes del partido nadie daba un duro por los tres puntos después de ver lo dificultoso de la victoria ante un Rayo que huele a Segunda División unos días antes, pero nos presentamos en San Sebastián con el chip cambiado y con otras ideas diferentes a las mostradas dos días antes en Nervión. Salimos a por todas desde el principio, a por el partido, a por los puntos en juego, todos, no sólo uno. Pero a la postre, eso fue lo que nos traímos, uno e incluso con el empate buscamos la victoria hasta la expulsión de Cala, pero no pudo ser.
Mostró el Sevilla un atisbo de cambio. La mayoría de las ocasiones se queda en eso, atisbo, amago....Esperemos esta vez sea la confirmación de un próposito de enmienda que todos esperamos con los brazos abiertos para de una vez ver el Sevilla que nos ilusionó en Pretemporada contra el Manchester.
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