Y es que no se notó la diferencia entre uno y otro equipo. No me cuadra que ante un Segunda B, llámese como se llame, no marquemos las diferencias con nota, y por contra se nos suban a las barbas de la manera que lo ha hecho hoy el Racing. No me vale que me digan que si los pequeños se crecen ante las adversidades y ante los "grandes", el Racing de Santander, equipo de Segunda División B, segundo clasificado en su grupo y plantilla con problemas en el cobro mensual. No me vale, no señor.
No me cuadra nada. Ni siquiera que en la puja por los Koné nos tocara el único con tara, porque vaya pesadilla la del Koné cántabro...desequilibrio, ganas, velocidad, calidad, regate, intensidad y juventud...21 añitos tan sólo.
No asimilo, por más que lo intento, que Coke se busque la expulsión de esa manera, como si de un principiante se tratara y como si estuviese jugando el partido de su vida. Esta forma de perjudicar al equipo en una jugada, además, en la que el afectado es el propio Coke pienso debería ser castigada por el técnico. A un jugador de Primera División, jugando contra un Segunda B y en la situación en la que han ocurrido los hechos no se le puede permitir este tipo de antojos.
Rusescu ha tenido sus minutos. Pocos. Pocos para poder calificar al rumano y en un partido en el que los delanteros del Sevilla se han tenido que buscar las castañas ellos solos por falta de calidad en la medular. El propio Gameiro ha tenido que luchar por balones que no le llegaban. Creo que Rusescu se merece más opciones de juego para demostrar si tiene las cualidades por las que se le fichó en su día.
El resultado no es malo si no tenemos en cuenta la vuelta con un Sevilla arriba y un Koné con espacios para batallar en velocidad.
En resumidas cuentas, no sé si el partido era de Copa o de Liga. Diferencias...las mínimas.
P.D. Toda la segunda parte del partido sin conocer al portero del Racing y pidiendo la hora. Más de lo mismo.
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