Dos salidas. Seis puntos.
La primera vez en esta Liga que somos capaces de encarrilar dos victorias seguidas a domicilio. Por una vez, y ojalá no sea la única, dejamos de un lado la benevolencia para con los pobres y sin piedad peleamos por lo que nos importa, lo nuestro, nuestros objetivos.
Un Sevilla que con la ley del mínimo esfuerzo golea de igual manera que la jornada anterior al
Racing, a un
Granada que ha dado la cara y quizás mereció algo más, aunque sea por merecimiento de goles.
Creó ocasiones el rival aunque unas veces por deméritos propios y otras por gloriosas intervenciones de
Palop, una vez más, no fueron capaces de perforar la meta
sevillista.
Muy bien
Negredo, no ya por el gol con el que se reencuentra sino por la infinidad de desmarques, pases y ocasiones que crea el vallecano. Muy bien
Manu, una vez más.
Dos goles que lo suben al liderazgo de los goleadores sevillistas.
Muy bien
Reyes el tiempo que estuvo en el partido, inmerecidos los pitos para el utrerano la última ocasión que se jugó en Nervión.
No puede un futbolista de la talla de
Reyes echarse a cuestas las malas tardes del resto de sus compañeros. Injusto.
Otro lunes más para seguir sumando,
el próximo contra el Mallorca de D. Joaquín. Esperemos que a nuestro míster no se le haya olvidado su pasado y sentir en una semana.
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