En un momento en el que no está el horno para bollos en el seno sevillista, por la situación en la tabla, los malos resultados, los dimes y diretes en el tema Biris, la pésima situación económica a la que hemos vuelto, según el Presi, por la no consecución de puestos europeos y la pronta eliminación la última vez que estuvimos.
Con todo esto, como digo, siendo membrete de titulares en todos los periódicos deportivos, canales de radio y televisivos llega ahora el CAMERO DE ORO para mentir vilmente sobre su situación pasada en nuestro club.
Se atreve EL MADRILEÑO a calumniar a nuestro Club y a su Presidente para, no sé, intentar evitar que en su próxima aparición por Nervión sea insultado o despreciado como merece, si no, es eso lo que parece, que al CAMERO DE ORO le duele en demasía, y es que tiene que doler que en tu casa, en esa casa que te hizo futbolista, que no persona, te humillen cada vez que apareces ... ¿verdad Sergio Ramos?....
Aquí te hicimos un grandísimo futbolista, a la vista está, no estoy descubriendo nada nuevo. Te hicimos tener ambiciones, querer más. Te dimos todo el cariño que esta afición sabe darle a sus estrellas y tú, tú te fuíste por la puerta de atrás, peseteando y llorando tus ganas de salir, qué diferente lo tuyo con la perla de Utrera, que se fue llorando su salida a moco tendío y siempre fue aplaudido y alabado cada vez que visitó Nervión hasta el punto de volver a recalar en su casa.
No sólo te fuiste con ganas sino que ahora, como si de un cantante, artista de cine o famoso reconocido se tratase, te atreves a publicar tus "memorias". Tus "memorias" mentirosas para colmo. Sin llegar a leer un solo párrafo ya sé de antemano lo madridista que te sientes. Ya mismo dirás que naciste en Chamberí en vez de en Camas.
Lo tuyo, chaval, no tiene nombre.
No te deseo, fíjate lo que te digo, nada malo, al contrario espero que sigas creciendo como futbolista, que sigas disfrutando tu madridismo, que lo arraigues cada vez más, que te olvides de Sevilla, de Camas, pero igualmente deseo que la poderosa grada de NERVIÓN siga humillándote cada vez que pises el Ramón Sánchez Pizjuán y tú que sigas llorando esa pena hasta que te jubiles, si es que para entonces sientes algo por esta tierra de los sueños llamada Sevilla.