Hace 52 años que llegaba a este mundo en una ciudad que cada primavera brinda una experiencia olfativa soberbia proporcionada por el olor a azahar, lo cual me hace sentir incuestionablemente muy bien, pero, sin lugar a dudas algo que el ser humano no debe dejar pasar por alto, es que
¡El tiempo pasa y hace muy bien su trabajo!:
¡Arruinarnos físicamente!
La verdad es que me siento feliz. Tengo la experiencia de 52 años en un cuerpo de 30 años y con las ganas de comerme el mundo de un chaval de 18 años. Una familia unida, unos hijos que sobrepasan mis expectativas, un trabajo delicioso y unos amigos de corazón. Y además, he aprendido a reírme de mí mismo, cuestión fundamental para acercarse a la felicidad.
¿Qué más puedo pedir?
"Cumplir años es obligatorio, pero envejecer es optativo"
Así es que por aquello de la obligación voy a añadir una vela más a mi flota
¡Sólo una más que el año pasado! ¡Sólo una!, porque tiene su trabajo el cumplir años aunque sólo sea uno ya que como dice Angel González en su poesía
"Cumpleaños"
"Para vivir un año es necesario morirse muchas veces mucho"
Estoy orgulloso de cumplir años, porque de todos ellos he aprendido y han contribuido a convertirme en la persona que ahora soy, por ello
os agradezco por anticipado vuestros buenos deseos, a todos los que me han felicitado por las distintas redes sociales y gracias a todos ustedes que leen este blog.
El mío es que siempre pueda estar celebrándolo con mi gente, entre los que vosotro@s tenéis un lugar destacado, porque habéis estado ahí, siempre, sin fallar, hablando y comentando de lo que se tercie, a veces de cosas intrascendentes y otras de más enjundia, pero AHÍ.
¿Qué haría yo sin vosotr@s?
Montones de besos a todos y todas.
Publicaciones Relacionadas
varios