Mucho, demasiado trabajo el que tuvo que realizar ayer el Sevilla para traerse un empate por los pelos. Mucho trabajo de centro del campo hacia arriba y muchos fallos en defensa, lo que propiciaron ocasiones para los locales con más facilidad de lo normal.
Controlamos el partido de principio a fin. No dejamos cabilar a los guiris pero sí le dimos demasiada rienda suelta a la hora de salirnos a la contra, como en el gol. No podemos plantarnos ante rivales supuestamente inferiores y no sólo no saber definir las ocasiones que creamos sino, para colmo de males, dar opción a dificultarnos la tarea con un gol en contra.
Seguimos con paso firme en Europa aunque no terminemos, igual que en Liga, de ver lo mejor que según Emery nos queda por mostrar. Se atisba mejoría poco a poco, muy poco a poco. Parece que circulamos mejor la pelota, que buscamos menos al portero nuestro, que no al rival. Sigo sin entender por qué tiene Cala que sacar el balón desde atrás con pases largos como si fuera un organizador nato, la mayoría de las ocasiones acaban en regalo al contrario, ayer se le ofrecía una y otra vez Cristóforo para organizar juego. Sigo sin ver el olfato goleador de Gameiro y en cambio me proporciona más sensación de peligro Bacca cada vez que juega.
Tendremos que confiar en que las bajas que tenemos también influyen en no terminar de arrancar positivamente. Estoy deseando ver a toda la plantilla disponible, con los Fazio, Marko, Rucescu, Cicinho, Rakitic (como se echa de menos al croata en partidos como el de ayer).
Al final empatamos y pudimos ganar de haber durado un par de minutillos más el partido, estábamos volcados y con más corazón que cabeza.
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