Como no podemos, ni debemos, hoy hay que ser especialmente críticos con el
Sevilla.
No podemos hacer un partido casi histórico en
Camp Barsa,-líder de la competición-, y hacer un partido
mediocre ante el Racing,
-colista de la competición-, en casa.
No comenzó mal el partido, si bien, el
Racing avisó de lo que podía pasar en un par de ocasiones clarísimas y el
Sevilla no terminaba, amén del gol de Manu,
de matar un partido que creo se atisbaba peligroso desde la primera parte.
Sin embargo, el
Sevilla sale en la continuación volcado, intentando machacar el resultado para no pasar los apuros que al no hacerlo, se le vinieron encima. Dos contras de los cántabros, letales y dos fallos en las marcas dan la vuelta a un marcador que se pone imposible teniendo en cuenta el esfuerzo físico acumulado de la jornada anterior y lo disputado de partido
Los cambios efectuados por
Marcelino surten efecto , dan oxígeno a un
Sevilla que a punto está de perder a
Negredo por expulsión a las primeras de cambio. Todo se basaba en disparos lejanos, imposibles de sorprender a un
Toño muy entonado y jugando más con el corazón que con la cabeza.
Es en el descuento y con un buen pase de
Rakitic cuando se produce el empate
con gol de Manu, de nuevo. De ahí al final, mucho nervio, mucha locura y poco fútbol.
Esperar al Granada. Otro que huele a Segunda y con el que esperemos no actuar de nuevo como ONG.
Imágenes del partido (clik para agrandar)
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