4 - 1
Uno se cansa ya de escuchar siempre lo mismo.
Cuando empatamos en Sudamérica contra el equipo aquel que bien podría ser del montón de Segunda B aquí, pues resultó que los sudacas eran muy disciplinados. Ahora se nos presenta en "cá" Sánchez otro equipo del montón aquí y en Pekín y le damos todo el derecho del mundo a complicarnos la elimatoria por su condición de disciplinaditos. Tenemos que tirar de "cojones" para ganar cuando debería haber bastado hacerlo con diferencia de calidad, la que supuestamente hay entre uno y otro equipo. Pero no. Incluso los polacos de nombre innombrable tuvieron por momentos el balón en su poder y se atrevieron a llegar arriba jugando con un hombre menos.
¿Calidad?.
Tenemos. Sobre todo de medio campo para arriba con un Marko Marin que está que se sale y demostrando porque pertenece a uno de los grandes de Inglaterra aunque allá lo tuviera difícil por cuestiones deportivas. Rabello pide sitio a voces en el primer equipo. A Gameiro habrá que darle confianza porque seguro que terminará explotando y Bacca poco a poco demuestra que es un delantero centro a la antigua usanza.
Ahora bien.
Me pregunto por qué dejamos tantas y tantas perlas de nuestra Fábrica de los Sueños buscarse la vida lejos de Nervión para ahora traernos una "perla" de Cantabria que al que más o al que menos el saca de sus casillas los nervios, como esta noche. Sinceramente, me tiene que demostrar mucho este chaval como para que le quiera incluir en los indiscutibles del Sevilla.
Al final, y no sin esfuerzo, maquillamos un resultado que se pone feo desde el quince de la primera parte por el hecho del gol en contra en estas eliminatorias y podemos decir que vamos a Polonia con tranquilidad y a verlas venir. Esperemos haber arreglado esas facilidades defensivas y mantengamos la fuerza arriba.
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