No levantamos cabeza.
Es increíble, ¿quién me lo iba a decir a mi?. Que a estas alturas de temporada me acuerde de que ha jugado mi equipo justo cuando estaba viendo y riendo con el capítulo semanal de Aída. Justo cuando mi corazón se congratulaba con las memeces de Luisma, las tonterías de Barajas o el sarcasmo de Mauricio, voy yo y me acuerdo que mi equipo había jugado en San Mamés a las cuatro de la tarde, creo. Inocente de mi, que me pongo móvil en mano a buscar rápidamente el Marca para ver el resultado. Resultado que cuando es conocido me deja sin ganas de seguir viendo a la única pandilla visible de Telecinco. Sólo me deja con ganas de acostarme. Sin ganas de fútbol. Sin ganas de seguir sufriendo un minuto más por algo que no tiene remedio y si lo tiene, mucho me temo, que será catastrófico y si no...al tiempo.
No sé cómo jugó el Sevilla. No sé qué mereció o no mereció. No sé, nada más que seguimos dando espectáculos bochornosos, de pena.
Dice Míchel que sus jugadores no plasman en el terreno de juego lo que ensayan durante la semana.
¡¡ Venga hombre !!.
Ya está bien de querernos vender la burra mala.
Está claro que si plasmaran lo entrenado y ensayado dentro del campo no estaríamo donde estamos ni mostraríamos nuestra versión más lamentable, domingo sí y el otro también.
Volvemos a casa la próxima jornada. La misma casa donde fuímos incapaces de hacer un gol a un Levante vuelto por sus fueros de equipo pobre pero peleón. La misma casa donde unos días antes el Español, colista de la tabla, casi nos pone la eliminatoria de Copa por las nubes, si es que no lo está incluso con el resultado que llevamos.
Volvemos a casa. A recibir al vecino más cercano, que dicho sea de paso, está haciendo mejor fútbol que el que se ve por Nervión.
No sé cómo terminará el partido. No sé si el bueno de Beñat volverá a liarla como antié. No sé si nos avergonzarán desde la humildad. No sé si levantaremos el vuelo en partido tan importante o si por el contrario seguiremos arrastrándonos por lo estadios de Primera División como si nos vinieran demasiado grandes en estos tiempos de crisis.
El domingo...el destino dirá....y si me acuerdo lo cambiaré por el capítulo de Aída.
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